1. Cuando le pregunten: “¿Cómo le va?”, conteste: “Me alegra que haya preguntado. Ya nadie muestra interés, y yo cada vez peor de mi artritis”.
2. Pídale para que deletree su nombre y el de la empresa. Luego, pregúntele donde queda la empresa. Haga preguntas hasta que se canse.
3. Afirme, en plan de sorpresa: “¿Pepita, de verdad que eres tú?” Pepita se verá forzada a hacer una pausa, para acordarse de donde podrá reconocerlo.
4. Si le proponen un préstamo, diga que su empresa terminó de quebrar y que eso le viene muy bien.
5. Dígale que está en “prisión domiciliar” y pídale que traiga unas botellas de cerveza.
6. Si le proponen un seguro de vida, dígale que no tiene familia ni tampoco amigos. Casi llorando, pregúntele si quiere ser su amigo.
7. Tras el profesional de marketing terminar su discurso, propóngale casarse. Argumente que no revelaría el número de su tarjeta de crédito a un desconocido.
8. Dígale que está ocupado de momento y pídale su número personal, para que le pueda llamar más tarde. Si no quiere darle su número, conteste: “Bien, como nunca le di el mío, estaremos iguales cuando saque el mío de su lista.”
9. Insista que la persona que está llamando es, realmente, su mejor amigo, que está intentando hacerle una broma.
10. Pídale que hable muy despacio, para que pueda anotar todo.
Humor